El uso de las criptomonedas se ha vuelto un tema que cada vez toma más auge, llegando a marcar con rapidez su presencia dentro del mundo de las finanzas y la banca. Para algunos, las criptomonedas representan la manera idónea para alcanzar la libertad financiera de la que muchos países en desarrollo actualmente carecen, mientras que otros entienden que esa libertad podría resultar en inestabilidad para el sistema monetario y financiero.
La criptomoneda no es más que una forma de pago que puede ser intercambiada por bienes y servicios a través de medios digitales. Un creciente número de empresas privadas ya han emitido sus propias monedas, a menudo conocidas como tokens. Estas criptomonedas funcionan a través de una tecnología descentralizada (i.e. libre de la influencia de los gobiernos y del mercado tradicional) llamada blockchain. Esta tecnología se encuentra distribuida en muchas computadoras y funciona para registrar de manera pública todas las operaciones realizadas por cualquier persona que tenga una criptomoneda.
La idea de las criptomonedas fue acuñada por primera vez en 1998 por Wei Dai. Más adelante, en 2009 aparece el Bitcoin publicado anónimamente bajo el pseudónimo de Satoshi Nakamoto en el paper “Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System” (Nakamoto, 2008). Con la aparición del Bitcoin el mundo de las monedas digitales toma pulso y el surgimiento de otras criptomonedas como Ethereum, Cardano, Binance Coin, Tether, pasan a la historia logrando capitalizaciones de mercado de billones de dólares (ver gráfica 1).
Nota: datos al 1 de octubre de 2021
Fuente: CoinMarketCap
El uso de las criptomonedas puede venir acompañado de distintos aspectos favorables, los cuales hacen que cada vez más personas estén a favor de su uso. En ese sentido, los defensores de las criptomonedas sostienen que estas pueden fomentar la inclusión financiera, ya que con solo tener acceso a internet las personas pueden ser parte del sistema financiero. Esto sin duda, da paso a que las personas puedan tener acceso a productos financieros útiles y asequibles que faciliten la vida cotidiana y ayude a las familias y empresas a planificar todo, desde objetivos de largo plazo hasta las emergencias imprevistas.
Otra ventaja que puede destacarse es la privacidad. Al usar efectivo las personas suelen realizar los pagos bajo el anonimato, lo cual ayuda a que estas puedan protegerse de la extracción de piratas informáticos y de la extracción de datos sobre su perfil de consumo. De forma similar, las monedas digitales permiten que la persona permanezca en el anonimato y pueda realizar operaciones de manera incógnita.
Adicionalmente, las criptomonedas cuentan con bajos costos de transacción y son monedas globales. Debido a la ausencia de intermediarios, las transacciones se llevan a cabo de manera menos costosa que cualquier otro método de transacción como pago con tarjeta o transferencia bancaria. Esto ha mostrado ser muy atractivo para la población que envía remesas, pues podrían realizar el envió sin costos adicionales. De hecho, algunos puntualizan que las criptomonedas y las remesas pueden ser una unión exitosa, principalmente para regiones como América Latina y el Caribe.
A pesar de sus múltiples ventajas, el uso de criptomonedas también acarrea riesgos. De manera específica, su uso podría impactar la integridad financiera, ya que, el hecho de que estas transacciones puedan ser realizadas sin aportar datos personales de quienes operan con estos cripto-activos da cabida a que puedan ser utilizadas para lavado de dinero, el financiamiento de acciones delictivas y la evasión de impuestos, sin la posibilidad de que los gobiernos puedan intervenir.
Además, la ausencia de reglas de gobernanza y estructuras legales limita, por el momento, su uso generalizado ya que genera poca confianza entre los usuarios. Como toda moneda, su uso como medio de pago o forma de ahorro será posible solo si las personas confían en ella porque tiene el respaldo de un banco central o alguna otra entidad que garantice su fuerza legal.
Por último, el uso de las criptomonedas puede venir acompañado de una muy alta volatilidad, que puede provocar fluctuaciones significativas y abruptas en su precio. Esto dificulta que puedan ser utilizadas en la compra y venta de bienes y servicios, para ahorrar, pero también como activo financiero de inversión e incluso afectar el valor de las remesas entre su punto de salida y llegada.
Sin embargo, hay luz al final del camino para la implementación de las monedas digitales. Como ya conocemos, el gobierno de El Salvador ha reconocido el Bitcoin como moneda de curso legal en ese país. Asimismo, países como China e India ya contemplan la idea de implementar sus propias criptomonedas de forma centralizada.
Sin dudas, la tecnología de las monedas digitales cada vez toma pasos gigantes. La pregunta clave es si los gobiernos y los usuarios están dispuestos, y sobre todo preparados, para asumir sus riesgos para disfrutar de sus beneficios.
Referencias:
- Royal, James. (2021, 1 octubre). What Is Cryptocurrency? Here’s What You Should Know. NerdWallet. https://www.nerdwallet.com/article/investing/cryptocurrency-7-things-to-know
- Montes, S. (2021, 3 septiembre). Criptomonedas en el mundo: ¿Sí tienen futuro? Forbes Colombia. https://forbes.co/2021/08/30/economia-y-finanzas/criptomonedas-en-el-mundo-si-tienen-futuro/
- Sandner, P. (2020, 23 mayo). The Impact of Crypto Currencies on Developing Countries. Medium. https://philippsandner.medium.com/the-impact-of-crypto-currencies-on-developing-countries-dce44c529d6b
- Satoshi Nakamoto. (2008). Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System. https://bitcoin.org/bitcoin.pdf
- Vientos de cambio: Razones para una nueva moneda digital. (2018, 13 noviembre). IMF. https://www.imf.org/es/News/Articles/2018/11/13/sp111418-winds-of-change-the-case-for-new-digital-currency