La inclusión financiera puede definirse como el proceso de elevar la proporción de personas y empresas que tienen acceso y efectivamente utilizan servicios financieros de calidad, ofrecidos a precios competitivos. El avance de la cantidad de personas con acceso a servicios financieros ha tenido un desempeño notable en la última década. Según el Global Findex 2018, el 69% de los adultos obtuvo una cuenta bancaria al cierre de 2017. Un incremento considerable al compararlo con el 51% alcanzado en 2011. En las economías de ingresos altos, el 94% de los adultos tenía una cuenta bancaria en 2017, mientras que en las economías en desarrollo, el 63% posee este producto financiero.
En la República Dominicana también se ha evidenciado un avance considerable de la inclusión financiera. Según el Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo, el porcentaje de personas bancarizadas pasó de 38% en 2011 a 56% en 2017 (ver gráfica 1). Asimismo, la bancarización mantuvo un crecimiento constante en el periodo 2016-2020. Para el año 2020, se exhiben cambios significativos en torno a la adquisición de préstamos y tarjetas bancarias, presentando un aumento de un 17% en relación con el año 2019. Este aumento es explicado por el crecimiento en la cantidad de tarjetas de subsidios gubernamentales que se emitieron en el transcurso de los años 2020-2021 para mitigar los efectos del COVID-19 en las zonas más vulnerables. Las tarjetas bancarias pasaron de ser 1, 028,985 en el año 2019 a 2, 678,371 para el año 2020, siendo este un crecimiento relativo de un 160%, según datos de la Unidad de Análisis Financiero (UAF) y la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Por su avance en la última década, la inclusión financiera continúa recibiendo cada vez mayor atención de los hacedores de políticas públicas por sus potenciales efectos positivos. El acceso a servicios financieros como préstamos, tarjetas de crédito y seguros, especialmente aquellos relacionados al uso de servicios digitales, como dinero móvil, tarjetas de pago y otras aplicaciones de tecnología financiera (o Fintech), pueden ayudar a mejorar la generación de ingresos de las personas y, por lo tanto, reducir la pobreza y la desigualdad. En ese sentido, un estudio realizado por Jack et al., 2014 con datos de Kenia, encontró que el acceso de servicios de dinero móvil permitió que los hogares dirigidos por mujeres aumentaran sus ahorros en más de una quinta parte. Esto permitió además que alrededor de 185,000 mujeres dejaran la agricultura y desarrollaran actividades comerciales o minoristas, y ayudó a reducir la pobreza extrema entre los hogares encabezados por mujeres en un 22%.
Asimismo, el acceso a servicios financieros digitales también puede ayudar a las personas a administrar el riesgo financiero. En el mismo estudio de Kenia, se evidenció que, ante una caída inesperada en los ingresos, los usuarios de dinero móvil no redujeron el gasto del hogar en comparación con los no usuarios y los usuarios con acceso deficiente que experimentaron una reducción de su consumo entre 7% y 10%. Además, los servicios financieros digitales pueden reducir el costo de recibir pagos. En un programa de ayuda de cinco meses en Nigeria implementado por Aker et al., 2016, el cambio del pago mensual de los beneficios sociales del gobierno de efectivo a teléfonos móviles ahorró a los beneficiarios un promedio de 20 horas en viajes totales y tiempo de espera para obtener los pagos.
Los servicios financieros también pueden ayudar a las personas a acumular ahorros y aumentar el gasto en artículos de primera necesidad. Un estudio de 2013 realizado entre hogares encabezados por mujeres en Nepal, afirma que estas gastaron un 15 % más en alimentos con mayor valor nutricional (carne y pescado) y un 20 % más en educación después de recibir cuentas de ahorro gratis. Además, cambiar del uso de efectivo a pagos digitales puede reducir la corrupción y mejorar la eficiencia en el manejo de los fondos públicos. En la India, por ejemplo, la malversación de fondos para pagos de pensiones se redujo en un 47% cuando los pagos se realizaron a través de tarjetas inteligentes biométricas en lugar de hacerlos en efectivo.
Según cálculos del Banco Mundial, el 42% de los adultos en América Latina y el Caribe (ALC), usan pagos comerciales digitales, y el 11% adoptó por primera vez la modalidad de pagos digitales en comercios durante el primer año de la pandemia. Sin embargo, los resultados también muestran importantes desigualdades, con un mayor uso de los pagos digitales en comercios entre los hombres y la población de mayores ingresos frente a las mujeres y las personas de menores ingresos. Estas estadísticas apuntan a que aún existen brechas que deben ser atendidas, ya que más del 50% de la población aún continúa excluida. Esto puede deberse a diversos factores como la discriminación financiera, la brecha tecnológica, factores culturales como la exclusión de las mujeres en la economía, la no credibilidad en las instituciones gubernamentales y bancarias, la falta de cultura financiera o una oferta deficiente de productos financieros.
Sin lugar a duda, para fortalecer la lucha contra la pobreza y la desigualdad, y lograr un desarrollo sostenible y un crecimiento económico inclusivo, es vital continuar implementando políticas para elevar el nivel de inclusión financiera y promover la consolidación de un sistema financiero más incluyente, accesible y transparente.
Referencias
- (UAF), U. d. (s.f.). https://www.uaf.gob.do/. Obtenido de https://www.uaf.gob.do/
- Desarrollo, O. d. (2020). Observatorio de Politicas Sociales y Desarrollo. Obtenido de http://opsd.gob.do/media/29530/boletin-39-inclusion-financiera_.pdf
- Dominicana, B. C. (s.f.). https://www.bancentral.gov.do/a/d/2648#:~:text=El%20Sistema%20de%20Pago%20y,entidades%20de%20intermediaci%C3%B3n%20financiera%2C%20as%C3%AD
- Mascaro, L. K. (2022, Febrero). https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/el-aumento-de-la-inclusion-financiera-digital-durante-la-pandemia-de-la-covid-19. Obtenido de https://blogs.worldbank.org/es/latinamerica/el-aumento-de-la-inclusion-financiera-digital-durante-la-pandemia-de-la-covid-19
- Mundial, B. (2018, abril). org. Obtenido de https://www.bancomundial.org/es/topic/financialinclusion/overview#1
- Jack, William, and Tavneet Suri (2014). “Risk Sharing and Transactions Costs: Evidence from Kenya’s Mobile Money Revolution.” American Economic Review 104 (1): 183–223
- Aker, Jenny C., Rachid Boumnijel, Amanda McClelland, and Niall Tierney (2016).
- “Payment Mechanisms and Anti-Poverty Programs: Evidence from a Mobile Money Cash Transfer Experiment in Niger.” Tufts University Working Paper, Fletcher School and Department of Economics, Tufts University, Medford, MA.
- Demirgüç-Kunt, Asli, Leora Klapper, Saniya Ansar, and Aditya Jagati (2017). “Making It Easier to Apply for a Bank Account: A Study of the Indian Market.” Policy Research Working Paper 8205, World Bank, Washington, DC
- Prina, S. (2013, enero). Banking the Poor Via Savings Accounts: Evidence From a Field Experiment. https://www.poverty-action.org/sites/default/files/publications/Banking%20the%20Poor%20via%20Savings%20Accounts.pdf
- Observatorio de Políticas Sociales y Desarrollo. (2020). La Inclusión Financiera como Parte de una Estrategia de Desarrollo Social (N.o 3).
- The World Bank. (2021, octubre). Global Series: Digital Payments Adoption During Covid-19: New Data From The Pandemic’s First Year. https://globalfindex.worldbank.org/
- (2015, julio). Inclusión Financiera: Implicaciones para los Bancos Centrales. https://www.cemla.org/publicaciones.html