Desde el 23 de julio hasta el 8 de agosto se están llevando a cabo los Juegos Olímpicos de verano celebrados este año en Tokio, Japón. Este evento, el cual se realiza cada cuatro años, es uno de los más importantes en el mundo del deporte, ya que reúne a más de 11,000 atletas de todos los países del mundo. Aunque muchos siguen las olimpiadas desde cerca, pocos se detienen a pensar lo que significa este evento para el país anfitrión. Preguntas como: ¿qué costo tienen?, ¿qué incentivos tiene un país para ser anfitrión?, ¿vale la pena el esfuerzo?, son algunas de las que intentaremos responder a continuación.
El país anfitrión de los Juegos Olímpicos es elegido por el Comité Olímpico Internacional (COI) mediante votación secreta. Esta selección es dada a conocer años antes, pues la preparación para los mismos es un proceso arduo y largo. En el año 2013, Tokio fue seleccionado para llevar a cabo las Olimpíadas del año 2020 y en ese momento, se proyectó que las mismas tendrían un costo total de US$7.3 billones. No obstante, debido a la pandemia y a otros factores, el costo final de ser anfitrión de las Olimpíadas se estima que ascendió a US$28 billones (Forbes, 2021).
Esta última cifra ha sido la más alta de la historia de los Juegos Olímpicos. Anterior a esto, los Juegos Olímpicos de 2016 en Río de Janeiro costaron US$13.7 billones, los Juegos de 2012 en Londres costaron US$15 billones y los Juegos de 2008 en Beijing costaron US$6.8 billones. Los Juegos de 2004 en Atenas costaron US$2.9 billones, mientras que los Juegos del 2000 en Sídney costaron US$5 billones (ver gráfico 1). Estos altos costos se deben a que en la mayoría de los casos las ciudades anfitrionas deben construir nuevos hoteles para hospedar a los participantes y además deben construir o renovar las áreas de juego para las competencias.
Fuente: Statista
No obstante, a pesar de conocer sus altos costos, los países siguen aceptando ser anfitrión de estos juegos. Aunque el COI generalmente proporciona algunos fondos, la responsabilidad de pagar todos los gastos es del país anfitrión. Según los economistas Robert Baade y Victor Matheson (2016) los beneficios potenciales de albergar los Juegos Olímpicos se pueden dividir en tres áreas distintas: beneficios a corto plazo como el turismo y el gasto, beneficios a largo plazo como el desarrollo de infraestructura y beneficios «intangibles» como el orgullo de ser anfitrión.
Otro beneficio encontrado por los economistas Andrew Rose y Mark Spiegel (2009), es que los países que albergan los juegos disfrutan de un aumento sustancial y permanente del comercio, conocido como el «efecto olímpico». Adicionalmente, los autores identifican en su obra que los Juegos Olímpicos tienen un impacto positivo en las exportaciones nacionales, siendo este efecto en el comercio de alrededor del 30% más alto para los países que han alojado los Juegos Olímpicos. Otros estudios han encontrado que albergar los juegos también ayuda a la creación de empleos y a su vez, la llegada de extranjeros, esto debido al aumento en la inversión de capital físico que se debe incurrir para preparar los juegos.
A pesar de esto, no existe evidencia contundente que señale que albergar los Juegos Olímpicos tenga beneficios en el largo plazo. En algunos casos, como el de Brasil, ser anfitrión de estos juegos ha significado una alta inversión en infraestructura que ahora está abandonada y un impacto reducido en la llegada de turistas. ¿Hubiera sido más provechoso invertir esos recursos en otros proyectos de infraestructura, educación o salud? Para una economía emergente como la de Brasil, probablemente la respuesta sea afirmativa.
El caso de los juegos celebrados este año en Tokio es un tanto bizarro, pues este año las Olimpíadas se están realizando sin espectadores. Esto quiere decir que uno de los grandes ingresos de los Juegos Olímpicos —la venta de boletos, comida, bebidas, camisetas, suvenires, ente otros- no existen. Según Katsuhiro Miyamoto, un economista de la Universidad de Kansai, realizar los Juegos Olímpicos sin espectadores tendrá perdidas estimadas de alrededor de US$3.5 mil millones. También, cabe destacar que los beneficios que perduran luego de haber albergado los juegos —como el aumento en el turismo— también se verán reducidos debido a las medidas sanitarias implementadas para mitigar los efectos de la Covid-19 (Forbes, 2021).
Luego de conocer los costos y los beneficios de albergar los Juegos Olímpicos, solo nos queda una pregunta. ¿Vale realmente la pena? Para responder esta pregunta se deben hacer análisis a profundidad en donde se tomen en cuenta el tipo de economía del país en cuestión, las ganancias potenciales, las prioridades o necesidades del país y el costo de oportunidad de albergar los juegos. Este conjunto de factores, junto con otros que no han sido mencionados, serán claves para decidir qué tan fructífero sería albergar unos juegos tan importantes como las Olimpíadas.
Referencias
- Andrew K. Rose & Mark M. Spiegel, 2009. «The Olympic Effect,» NBER Working Papers 14854, National Bureau of Economic Research, Inc.
- Baade, Robert A., and Victor A. Matheson. 2016. «Going for the Gold: The Economics of the Olympics.» Journal of Economic Perspectives, 30 (2): 201-18.
- Forbes, 2021. McCarthy, Niall. “The Massive Costs Behind The Olympic Games”. Obtenido de: https://www.forbes.com/sites/niallmccarthy/2021/07/21/the-massive-costs-behind-the-olympic-games-infographic/?sh=39bf76d546b0
- Forbes, 2021. Sum, Ronald. “Tokyo Olympics Overseas Fan Ban Adds To Sponsors’ Losses And Lawsuits”. Obtenido de: https://www.forbes.com/sites/ronaldsum/2021/06/25/tokyo-olympics-overseas-fan-ban–adds-to-sponsors-losses-and-lawsuits/?sh=3fbc95a61204
- Olympics, 2021. “Who chooses the host for future Olympic Games?”. Obtenido de: https://olympics.com/ioc/faq/roles-and-responsibilities-of-the-ioc-and-its-partners/who-chooses-the-host-for-future-olympic-games