La reactivación de la economía en el contexto de la pandemia envuelve incertidumbre respecto a la evolución de los precios. Incluso en tiempos normales, la precisión de los pronósticos de la inflación depende de múltiples factores, incluyendo la comunicación del banco central. La agenda de investigación sobre el tema es relevante: el argumento principal es que el banco central probablemente posee capacidad superior para pronosticar la inflación. Y por esa razón la comunicación del banco central puede afectar los pronósticos elaborados por el resto de los participantes en la economía.
Los economistas Cristina Romer y David Romer (Universidad de California, Berkeley) estudian los pronósticos producidos por investigadores de la Reserva Federal versus los del sector privado. Romer y Romer reportan que los primeros son más precisos que los segundos. Pascal Paul del Banco de la Reserva de San Francisco también contribuye al tema.
Sin embargo, la efectividad de la comunicación de los bancos centrales no puede ser asumida -incluso en países avanzados. Como ilustración, Kumar y otros analizan el caso de Nueva Zelandia. Los investigadores examinan encuestas de empresas y encuentran que las expectativas de inflación no están ancladas en esa economía. Y ese resultado es sorprendente dado que Nueva Zelandia implementa el esquema de metas de inflación desde hace un cuarto de siglo.
¿Cómo contribuir en esa dirección? Dincer y Eichengreen estudian más de 100 países y señalan que “…la transparencia respecto a la política es una forma de manejar las expectativas …”. Los autores analizan la relación entre la transparencia del banco central y la inflación pasada. Pero las estimaciones econométricas no conducen a concluir que existe una relación estadística entre las variables. Sin embargo, los autores reportan una asociación estadística entre la transparencia y la variabilidad de la inflación.
Crowe y Meade estudian la transparencia del banco central y los pronósticos de la inflación del sector privado. Los investigadores reportan que mayor transparencia del banco central conduce a que el sector privado utilice mayor información producida por el sector público -en relación a la producida por el sector privado- en los pronósticos de la inflación.
También existen estudios que pueden servir de referencia para economías que implementan la estrategia de política monetaria conocida como metas de inflación –incluyendo la República Dominicana. Por ejemplo, Crowe investiga una muestra que incluye 7 economías emergentes: Brasil, Chile, Colombia, Corea, México, Perú, y Tailandia. Crowe concluye que la adopción de metas de inflación está asociada a mejores pronósticos de la inflación por parte del sector privado.
La literatura sobre la precisión de los pronósticos de la inflación es rica. Pero los factores envueltos son múltiples y evolucionan continuamente. La comunicación es importante, pero también puede ser contraproducente. El tema es especialmente importante para países en vías de desarrollo tratando de anclar las expectativas de inflación -lo cual es crucial para la estabilidad macroeconómica y el desarrollo económico sostenible. La tarea es más compleja como resultado de la incertidumbre creada por la pandemia.