Luego de la elaboración de la vacuna contra la COVID-19, los países alrededor del mundo han estado enfocando sus esfuerzos en inmunizar a la población y poner fin a la pandemia. A pesar de que el proceso de vacunación constituye uno de los pasos más fundamentales para lograr la inmunidad de grupo (herd immunity), su desarrollo no ha estado exento de retos y para poder hacerles frente, países de todas las regiones han recurrido al uso de incentivos. No obstante, es probable que al momento los incentivos utilizados no hayan sido suficientes.
Se estima que para disminuir el riesgo de contagio dentro de un determinado territorio y lograr el herd immunity es necesario vacunar al 70-90% de la población o quizás más. En la actualidad, en todo el mundo se han administrado más de 3,510 millones de dosis de vacunas, lo que equivale a 46 dosis por cada 100 personas. No obstante, existe una brecha significativa entre los programas de vacunación en diferentes países, lo que causa la diferencia en el porcentaje de vacunación alcanzado dentro de los continentes (ver gráfica 1). Mientras países como Uruguay, Chile, Singapur, Islandia, Malta y Emiratos Árabes Unidos cuentan con el 70% o más del porcentaje de la población con al menos una dosis de la vacuna administrada, países como Estados Unidos, Francia, Argentina, Brasil, Japón y España cuentan con menos del 60%. Para el caso de República Dominicana, según cifras del Ministerio de Salud Pública(MSP) el 62% de la población cuenta con al menos una dosis de la vacuna.
Fuente: The New York Times.
Ahora bien ¿a qué puede deberse esto? Mientras que el proceso de desarrollo de las vacunas anteriores tardaba entre 10 y 15 años, los investigadores desarrollaron la vacuna altamente efectiva contra la COVID-19 en un tiempo récord de 11 meses (Pfizer/BioNTech). Esto sin duda ha traído consigo el fenómeno de la reticencia a la vacunación, el cual, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a la tardanza en aceptar la vacunación o el rechazo a las vacunas, pese a la disponibilidad de los servicios de vacunación. Muchas personas se muestran reacias a tomarlas, a menudo porque les preocupa la seguridad de las vacunas o temen efectos secundarios poco frecuentes pero graves. De hecho, según expertos, algunas de las razones por las que las personas no acceden a vacunarse son falta de acceso a las vacunas, actitud negativa a ver al COVID-19 como una amenaza, preocupación por los efectos secundarios, poca confianza en las vacunas o en las instituciones que las respaldan, y creencia en al menos una de varias teorías de conspiración diferentes. Adicionalmente, otro de los retos dentro del proceso de vacunación que añaden dificultades a la superación del problema global por su nexo con la reticencia a la vacunación, es la divulgación de noticias falsas (fake news).
Los fake news son noticias sin fundamentos o fuentes verídicas que suelen difundirse por las redes sociales con la intención de obtener beneficios propios a través del engaño hacia el receptor. En el contexto del proceso de vacunación contra la COVID-19, los fake news han jugado un papel de mucha relevancia a la hora de causar confusión y desinformación sobre las vacunas, trayendo como consecuencia pánico y rechazo hacia la misma. Según datos de una encuesta realizada por una compañía de seguridad informática, ESET Latinoamérica, en mayo 2020, más del 70% de los encuestados aseguró que durante la pandemia recibió o tuvo contacto con noticias falsas relacionadas al COVID-19; especialmente por medio de redes sociales (72%), aunque también a través de WhatsApp (51%) y en páginas de noticias poco confiables (36%).
Es por esto que, como medida para contrarrestar estos retos, las economías han estado utilizando diversos incentivos para motivar a que la población reacia a vacunarse se vacune. En general, los incentivos pueden ir en dos direcciones, aquellos que buscan castigar el comportamiento del agente y los que buscan premiarlos. En economía y en otras áreas del saber, suele referirse a estas dos direcciones como zanahoria o palo (carrot or stick), en donde el uso del palo hace referencia al castigo y la zanahoria al premio.
Los incentivos actuales de los programas de vacunación han marcado una clara tendencia a premiar el comportamiento de aquellos que se han vacunado. Por ejemplo, en diversos estados de Estados Unidos se han estado llevando a cabo loterías en donde participan los residentes vacunados y en Camboya se ha llevado a cabo un incentivo similar. En Moscú, todos los que reciban la primera de las dos dosis de la vacuna antes de una fecha en específico tienen la oportunidad de participar en el sorteo de automóviles. En una ciudad filipina, una comunidad ha estado sorteando enormes sacos de arroz. En cambio, los centros de vacunación de México están organizando actividades de entretenimiento. En Israel se han estado entregando cervezas gratis. De forma similar, en República Dominicana diversos establecimientos han ofertado descuentos y la administración actual ha propuesto la eliminación del toque de queda por provincias.
Estos incentivos pueden ser útiles en situaciones como la de esta pandemia, en donde los cambios de comportamiento pueden reducir los gastos sanitarios futuros. Sin embargo, incluso si los incentivos pueden causar un aumento en el corto plazo en el proceso de vacunación, es poco probable que su uso como único recurso sea suficiente para inmunizar a toda la población y poner fin a la pandemia de la COVID-19. Es necesario el uso de múltiples estrategias que impulsen el aumento de la inmunidad de la población. Las campañas deben de identificar las reticencias a la vacunación dentro de su respectivo entorno, incluyendo las preocupaciones por la seguridad, disminuir la incidencia de las noticias falsas y mantener una comunicación transparente para crear confianza en el público.
Referencias
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- Hill, D. G., M. D. (2020, 27 julio). From the Frontlines: Understanding Herd Immunity. American Lung Association: https://www.lung.org/blog/understanding-covid-herd-immunity
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- Lopez, (2021, 2 junio). The 6 reasons Americans aren’t getting vaccinated. Vox: https://www.vox.com/2021/6/2/22463223/covid-19-vaccine-hesitancy-reasons-why
- Mendoza, M., 2021. Fake news y sus riesgos en tiempos de COVID‑19 | WeLiveSecurity. WeLiveSecurity: https://www.welivesecurity.com/la-es/2020/07/02/fake-news-riesgos-covid-19/.
- Ministerio de Salud Pública (MSP). (2021, 4 julio). 62% de la población está vacunada con primera dosis y cerca del 39 por ciento ya se aplicó su segunda dosis. Ministerio de Salud Pública. https://www.msp.gob.do/web/?p=12004.
- Volpp, K. and Cannuscio, C., 2021. Incentives for Immunity — Strategies for Increasing Covid-19 Vaccine Uptake | NEJM. New England Journal of Medicine: https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMp2107719.
- World Health Organization. (2014, octubre). Appendices to the Report of the sage Working Group on Vaccine Hesitancy:https://www.who.int/immunization/sage/meetings/2014/october/2_SAGE_Appendicies_Background_final.pdf?ua=1