La agenda económica de la nueva administración de los Estados Unidos (EE.UU.) ha traído de vuelta el polémico debate sobre el aumento del salario mínimo. El salario mínimo federal establecido en EE.UU. actualmente es de 7.25 dólares por hora, equivalentes a unos 415 pesos dominicanos (RD$ 16,600 por una semana de 40 horas). En teoría, este salario por hora está destinado a garantizar un nivel de vida digno, sin embargo, en la práctica la historia suele ser distinta. Por esta razón, la bancada del partido demócrata en el congreso ha propuesto elevar este salario mínimo a 15.00 dólares por hora. Como toda propuesta de política económica, surge una pregunta clave: ¿es esto bueno o malo? Para algunos la respuesta a esta pregunta puede ser evidente, pero para que un hacedor de política pueda decidir sobre una proposición de esta magnitud debe auxiliarse del análisis socioeconómico y de estudios empíricos para evaluar los pros o los contras.
Por un lado, uno de los principales argumentos a favor del aumento del salario mínimo es su impacto en el ingreso de los hogares. Al aumentar la cantidad mínima que paga la empresa, los trabajadores contarán con un poder adquisitivo más elevado, esto a su vez mejorará el estándar de vida con que viven los trabajadores con salario mínimo y les proporcionará un nivel de ingreso más apropiado para sustentar el aumento del costo de vida. Asimismo, esta mejora promete disminuir los niveles de pobreza. De hecho, según una proyección realizada en febrero de 2019 por la Oficina de Presupuesto del Congreso de EE. UU. (OPC), elevar el salario mínimo a 15.00 dólares por hora para 2025 mejoraría el estándar de vida de al menos 17 millones de trabajadores, colocando a 1.3 millones de estadounidenses por encima de la línea de pobreza.
Otro argumento a favor es que al disminuir la pobreza con el aumento del salario mínimo, también disminuiría la necesidad de gastos del gobierno en ayudas financieras que reciben las personas pobres y de bajos recursos. Por último, se entiende que, al aumentar el salario mínimo, se genera un impulso al crecimiento económico. Esto se debe al efecto positivo sobre el poder adquisitivo, por lo que el gasto del consumidor generalmente aumenta, generando un flujo de dinero hacia el comercio al detalle y otras empresas de servicios.
Hasta ahora la respuesta a la pregunta inicial parecería ser evidente, pero ¿lo es realmente? Veamos los argumentos en contra del salario mínimo. Los que se oponen a esta propuesta suelen argumentar que cuando una empresa aumenta el salario mínimo, es muy probable que como consecuencia también aumente el precio de sus productos. Teóricamente, el proceso no es complicado: con el aumento del salario mínimo, los costos de la empresa aumentan y para cubrir este aumento en los costos, aumenta el precio de sus productos, este aumento en los precios alimenta la inflación, afectando el funcionamiento de la economía en general. El aumento de los precios provoca un aumento generalizado en el costo de vida, lo cual puede reducir el efecto positivo que obtiene el trabajador que ahora recibe un mayor salario.
Otra manera en que las empresas pueden reaccionar al aumento de sus costos de nómina es disminuyendo la demanda de trabajadores y/o reduciendo la cantidad de empleados. En ese sentido, el informe de la OPC de 2019 estima que aumentar el salario mínimo a 15.00 dólares para el 2025 podría significar la perdida de aproximadamente 1.3 millones de puestos de trabajo. Empíricamente, Neumark y Wascher (2008) sintetizan los resultados de más de 90 estudios posteriores al realizado por Card y Krueger (1994) sobre el efecto en el empleo atribuible a cambios en el salario mínimo. Estos estudios incluyen evidencia empírica sobre los EE.UU, algunos países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), América Latina e Indonesia. Los autores llegan a la conclusión de que, en general, un aumento del salario mínimo reduce el empleo para los trabajadores menos calificados.
Volviendo a la pregunta inicial, ¿es bueno o malo aumentar el salario mínimo? Luego de hacer un rápido repaso de los argumentos a favor y en contra, es probable que la respuesta haya dejado de ser tan evidente, incluso para aquellos que no ejercen la labor de ser hacedores de política. Aumentar el salario mínimo puede favorecer a millones de personas con un mejor estándar de vida y un nivel de pobreza menor, sin embargo, esto puede venir con consecuencias desfavorecedoras como la pérdida de empleos e inflación. Por ende, es fundamental conocer la realidad del mercado de trabajo de cada país y abordar la decisión desde una perspectiva holística y multidisciplinaria, evitando las “recetas” y los “copy-paste” de experiencias de otros países.
Referencias:
- B.Maverick, J., 2021. What Are the Pros and Cons of Raising the Minimum Wage? Investopedia. Available at: https://www.investopedia.com/articles/markets-economy/090516/what-are-pros-and-cons-raising-minimum-wage.asp
- Bloomenthal, A., 2021. Can a Family Survive on the U.S. Minimum Wage? Disponible en:: https://www.investopedia.com/articles/personal-finance/022615/can-family-survive-us-minimum-wage.asp
- Campos Vázquez, R., Esquivel, G. and Santillán Hernández, A., 2021. El impacto del salario mínimo en los ingresos y el empleo en México. 1st ed. México, pp.207-209. Disponible en: https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/42038/RVE122_Campos.pdf
- Congressional Budget Office. Julio 2019. The Effects on Employment and Family Income of Increasing the Federal Minimum Wage. 1st ed. Disponible en: https://www.cbo.gov/system/files/2019-07/CBO-55410-MinimumWage2019.pdf
- Stephen J. Dubner. (28 de abril de 2021). The True Story of the Minimum-Wage Fight T1 – 460 [Episodio de audio podcast]. En Freakonomics Radio. Recuperado de https://freakonomics.com/podcast/minimum-wage/