España: ¿Ilusión, esperanza o expectativas racionales?
Luego de cinco años cargados de malas noticias, sacrificios, contracción de la economía y la frustración de millones de personas que perdieron sus empleos, los españoles comienzan a percibir la luz al final del túnel. Cualquier persona que haya caminado por alguna calle de España durante el año 2009 y lo vuelva a hacer en este momento podrá percibir en los rostros y en la actitud de los españoles que este pueblo ha recobrado la ilusión, la esperanza y el optimismo.
La economía comienza a percibir los frutos de la adopción de fuertes medidas por parte del gobierno español encaminadas a contrarrestar los efectos devastadores de la crisis financiera-inmobiliaria desatada en el mundo desarrollado tras la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, como fueron la reducción de déficit público (gastos realizados por el gobierno superiores a los ingresos), así como otras medidas cuyas consecuencias en el corto y mediano plazo se tradujeron en la pérdida de millones de empleos y el desplome de los precios rozando en algunos momentos niveles de deflación (caída generalizada de los precios por más de dos semestres consecutivos). Los principales organismos vinculados con la economía y las finanzas internacionales, y las principales calificadoras de riesgo crediticio a nivel mundial avalan esta percepción.
Desde septiembre de 2013, las revisiones trimestrales de la economía española suelen superar de manera positiva los pronósticos estimados durante el trimestre anterior. De acuerdo a distintas proyecciones realizadas por los organismos e instituciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, entre otras instituciones, apuntan que la economía española crecerá entre 1.0% y 1.4% durante 2014 y entre 1.5% y 2.2% durante 2015.
El primer indicio de que una economía que atraviesa por graves dificultades como la española va a iniciar el camino de la estabilización y recuperación radica en que sus ciudadanos tengan la percepción o las expectativas de que la economía va a mejorar. Ésta es precisamente la atmósfera que los agentes económicos y que gran parte de la ciudadanía comienzan a respirar en España. La sensación que perciben un gran número de españoles de que la situación económica en su país va a mejorar es lo que la teoría económica reconoce como “expectativas racionales”. Esta teoría supone que los actores económicos tomarán sus decisiones de consumo e inversión no sólo contemplando los datos que tienen que ver con la realidad económica del presente, sino que también tomarán en cuenta las expectativas de evolución que puedan derivarse de los mismos. El Premio Nobel de Economía Milton Friedman (1976) es considerado como uno de los máximos expositores de esta doctrina.
Al igual que los ciudadanos españoles, los inversionistas internacionales también perciben que la situación económica en el país ibérico va por buen camino. Así lo prueba la extraordinaria reducción de la prima de riesgo española, que no es más que la diferencia entre el interés que se paga por la deuda de un país y el que se paga por la deuda de otro. Para el caso de España y de toda la Eurozona (países que tienen el euro como moneda de curso legal, los cuales suman 18 en la actualidad) se toman como referencia las rentabilidades del bono alemán a 10 años (bonds) y del bono del país del que queremos calcular la prima de riesgo, que en nuestro caso es España. Se restan y se obtiene la prima de riesgo de dicho país. Al cierre de este artículo el bono español a 10 años cotizaba al 2.65% frente al 1.37% del alemán, por lo tanto, la diferencia o prima es de apenas 128 puntos básicos, cuando en los momentos más agudos de la crisis superó los 600 puntos.
Ahora el principal reto de las autoridades españolas y de la clase empresarial es combatir los niveles de desempleo, que a pesar de ser el país de la Unión Europea (UE) que más ha reducido el desempleo en lo que va de 2014 (con un 25.3% de la Población Económicamente Activa (PEA) sin trabajo), continúa siendo el segundo país de la UE (por detrás de Grecia) con mayor número de desempleados. El gobierno de España anunció que para el próximo año reducirá una serie de impuestos que elevarán la renta disponible de los ciudadanos españoles, lo cual incrementará el consumo y, por ende, la generación de empleo.
Esperamos que el próximo Rey de España, Felipe VI, quien será coronado apenas días después de que se publique este artículo, contribuya a mantener la esperanza y el optimismo en los españoles, elementos fundamentales para salir de la crisis y volver a avanzar por el sendero del crecimiento y la prosperidad.