Educación, Competencia y Compromiso Social (III de III)
«El gasto en educación será más eficaz si se basa en la elección de los padres y la iniciativa privada – los pilares del éxito en nuestra sociedad.»
Milton Friedman
Un programa de subsidios directos mediante el empleo de cupones puede disminuir significativamente el nivel de burocracia estatal y fomentar la transparencia en las instituciones que intervienen en el sistema educativo nacional. El empleo de subsidios directos incentivaría la participación y el rol del sector privado en el mercado educacional, reduciendo a través del tiempo el papel del Estado en la construcción de planteles escolares, contratación de maestros, y provisión de insumos y servicios que acompañan el sistema educativo, como libros o el desayuno escolar. Esto reduciría significativamente la burocracia que interviene en la provisión de cada uno de estos servicios y haría que el Estado se enfoque en actividades que está llamado a realizar, como la supervisión de la calidad de los servicios escolares ofrecidos por el sector público y privado, y de que dichos centros cumplan con la enseñanza de un currículo mínimo establecido.
Más aún, mediante subsidios directos a las familias, el estado devolvería a los padres en el rol de tomar decisiones sobre la educación de los niños. Si creemos que a los padres les importa el futuro de sus hijos, un supuesto muy plausible para la mayoría de las familias, entonces debemos confiar en que los padres harán la tarea de buscar la mejor institución de enseñanza privada que pueda adquirir con el cupón dado. Este mecanismos podría tener impactos positivos en la calidad de la enseñanza pues los colegios que quieran atraer las familias que disponen de estos recursos tendrán que mejorar el servicio ofertado. En caso de que las familias no estén satisfechas, estas siempre podrán optar por ir a otra institución de su preferencia, algo imposible bajo el esquema de enseñanza actual.
Finalmente, implantar un sistema de subsidios directos por medio del otorgamiento de cupones a los estudiantes puede eficientizar y mejorar la calidad del sistema educativo nacional ya que le da mayor poder de control y participación a los padres en las decisiones educativas de los hijos, mejora la competencia del sector educativo, y reduce significativamente la burocracia estatal en el sistema, lo que le permite al gobierno enfocarse en roles muy importantes, como son los de monitoreo y supervisión del sistema educativo. El subsidio directo a la educación no permite que el estado tenga el rol de garantizar el acceso a educación básica de los jóvenes (puesto que es quien finalmente ofrece el subsidio), le entrega el rol al sector privado de construir los planteles y ofertar los servicios educativos, convierte a los padres en supervisores de la oferta educativa privada y les devuelve a estos el poder de decidir sobre la educación que quieren para sus niños. Este sistema, bajo ningún concepto, interfiere en el rol del estado de establecer los currículos mínimos de enseñanza y de supervisar mediante pruebas nacionales, o cualquier otra metodología seleccionada, la calidad de la educación enseñada. Los colegios privados que no ofrezcan los requisitos mínimos de enseñanza podrían estar excluidos de participar en el sistema de cupones.
Un sistema de cupones no es algo nuevo para la República Dominicana puesto que es muy similar al sistema de subsidios directos que el estado implemente bajo el esquema de la tarjeta de Solidaridad. Este sistema ha sido implementado con mucho éxito en otras naciones que poseen un sistema educativo ejemplar a nivel mundial, como son Suecia, Dinamarca y, en menor medida, en los Estados Unidos. Si bien es cierto que el gobierno del Presidente Danilo Medina incrementó significativamente los recursos designados a la educación para el presupuesto nacional del 2013, al asignar por primera vez el 4% del PIB, no podemos negar que en la última década los recursos asignados al sector educativo se han incrementado considerablemente año tras año y los resultados observados al momento son muy pobres. Quizás es tiempo que consideremos en la mesa un enfoque diferente a este problema que nos atañe a todos.