Roll y Talbott (2003) han estudiado los efectos causales de las libertades políticas y económicas en el crecimiento y la inversión. Tratan de responder las siguientes preguntas: ¿qué puede hacer el gobierno para acelerar el desarrollo económico?, ¿qué condiciones estructurales, políticas e institucionales que pueden ser manipuladas por el gobierno sirven para alcanzar mayores ingresos por habitante? Remarcan que uno de los ingredientes más importantes para alcanzar la prosperidad es la existencia de un sistema que habilite los intercambios entre todos los participantes del mercado.
Consiguen que casi el 80% de las diferencias del PIB por habitante de los países, pueden atribuirse a determinantes mutables (es decir, que se pueden manipular por decisiones de gobierno). Entre los determinantes que afectan positivamente al ingreso están los derechos de propiedad, los derechos civiles, los derechos políticos, la libertad de prensa, los gastos del gobierno; y negativamente, las actividades de mercado negro, las regulaciones, la inflación y las barreras al comercio. También consiguen que las liberalizaciones estén relacionadas con un mejoramiento grande del nivel de ingreso, mientras que un evento antidemocrático, en promedio, antecede una reducción del crecimiento.
En un intento por sintetizar sus resultados, concluyen que los países se pueden desarrollar más rápido si aseguran los derechos de propiedad, impulsan la independencia judicial, atacan la corrupción, mejoran las regulaciones, permiten la libre prensa y protegen los derechos políticos y civiles. Afirman que estos factores definen el medio ambiente sano para la actividad económica.
Aunque aseguran que una de las mejores investigaciones que estudia el rol de las políticas e instituciones en el crecimiento es el trabajo de Hall y Jones (1999) (http://www.empirica.do/blog_economia_aplicada/2014/06/30/24/por-que-algunos- paises-producen-mas-que-otros), Roll y Talbott critican que la medida de política e instituciones que usan para estimar sus resultados, «infraestructura social», no dice nada sobre la importancia relativa que tienen las políticas específicas en su papel de generación o freno del bienestar.
Cualquier agenda de política económica debería considerar las acciones concretas que se deben llevar a cabo para otorgar mayores libertades económicas y derechos civiles a los ciudadanos, y por esta vía, activar el crecimiento económico y procurar el bienestar.
REFERENCIAS
Roll, Richard and John Talbott (2003) «Political and economic freedoms and prosperity» Journal of Democracy, Vol. 14, N. 3, pp. 75-89.