¿Amenazan las Tierras Raras las Relaciones Globales? (II-II)
Tal como habíamos señalado en la primera entrega de este artículo, la Unión Europea, Japón y Estados Unidos, demandaron a China ante el Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las medidas interpuestas por el gobierno de Pekín a las exportaciones de los elementos pertenecientes a las tierras raras tungsteno y molibdeno (Ver Doc. DS431).
Los demandantes también objetan la administración y asignación de los contingentes de exportación mediante licencias de exportación, entre otros asuntos. Un total de 16 países (Brasil, Canadá, Colombia, la India, República de Corea, Noruega, Omán, Arabia Saudita, Taipei Chino, Vietnam, Argentina, Australia, Indonesia, Turquía, Perú, Federación de Rusia) acompañaron en condición de terceros a los tres países demandantes durante el proceso.
Como era previsible, el 26 de marzo de 2014 el tribunal del OSD se pronunció sobre el tema de las tierras raras a favor de los países demandantes (Unión Europea, Japón y Estados Unidos). El fallo fue bastante explícito: “no pueden imponerse restricciones a la exportación supuestamente para conservar recursos naturales no renovables si el uso local de esos mismos recursos no está limitado con el mismo fin”.
La reacción del gobierno chino no se hizo esperar, el 17 de abril de 2014 apeló la sentencia emanada del tribunal del OSD, la cual perdió nuevamente el 7 de agosto de 2014, teniendo que levantar inmediatamente las restricciones establecidas a las exportaciones de tungsteno y molibdeno (minerales por los que fue demandada), no siendo así para las tierras raras del wolframio y el molibdeno, que no estaban incluidos en la demanda y cuya exportación se encuentra actualmente restringida. Por este motivo, los demandantes se están planteando interponer una nueva demanda ante el OSD.
A pesar de que el gobierno chino continúa alegando razones ambientales a las restricciones impuestas a las exportaciones de las tierras raras, hay quienes piensan que se debe a una estrategia orientada a obligar a las empresas multinacionales vinculadas con el sector tecnológico para establecerse en su territorio. De las 32 compañías que en el 2010 contaban con licencia para exportar tierras raras en china, tan sólo 10 de estas eran de capital extranjero.
Las pérdidas de control de las patentes es uno de los principales factores que impide a muchas empresas extrajeras establecerse en China. De acuerdo con el director ejecutivo de la multinacional química Grillo-Werke, por ser el país asiático poco respetuoso de la propiedad intelectual, considera que “China necesita nuestro saber hacer y nuestras máquinas, pero nosotros tenemos que proteger nuestra tecnología”.
Contrario a los argumentos de muchos países sobre que el problema de las tierras raras se debe a su escasez, estos minerales al parecer abundan en todo el planeta. Por ejemplo, el cerio, el itrio y el neodimio son más comunes que el plomo. Por ejemplo, de tulio -el más escaso del grupo- hay más betas que de oro y platino. Sin embargo, como señalamos en el artículo anterior, su extracción es muy compleja y altamente contaminante provocando lo que la teoría económica reconoce como externalidades negativas (decisiones de consumo, producción e inversión que toman los individuos, los hogares y las empresas y que afectan a terceros que no participan directamente en esas decisiones). Precisamente, la contaminación es uno de los ejemplos más utilizados en los libros de texto para explicar el referido concepto.
La supremacía de China como principal productor de tierras raras es reciente, ya que en 2002 la mina de Mountain Pass ubicada en el estado de California, Estados Unidos, era la mayor productora a nivel mundial de estos minerales. Sin embargo, los altos costos de producción y los pasivos ambientales derivados de su explotación, motivaron el cierre de la planta. Actualmente China ocupa el primer lugar como productor y consumidor de tierras raras a nivel mundial con un 90% y 70% del total respectivamente.
El artículo titulado “El curioso caso de las tierras raras: la crisis que no será” elaborado por Clàudia Canals, del área de estudios económicos de La Caixa, señala que a diferencia de lo que muchos piensan, las tierras raras no provocarán una gran crisis global, ya que estos minerales -a pesar de su compleja explotación- son muy abundantes a nivel mundial. Desde que los Estados Unidos, Australia y otros países reiniciaron la explotación de las tierras raras, el precio de estos minerales ha descendido significativamente.
La volatilidad del precio de las tierras raras nos vuelve a ratificar la teoría básica de la economía sobre la oferta y demanda, que nos indica que: “Cuando se restringe la oferta aumenta el precio y se reduce la cantidad demandada, y cuando se incrementa la oferta aumenta la cantidad demandada y se reduce el precio”.