Entendiendo las mediciones de pobreza en República Dominicana
Definir la pobreza es un reto debido a los distintos significados que puede tener este concepto. Por ejemplo, algunas formas de interpretar la pobreza están relacionados con las ideas de necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos, exclusión, desigualdad, entre muchos otros. A pesar de la ambigüedad que representan estos conceptos, hay que destacar los grandes esfuerzos realizados por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPYD) por estimar de forma sistemática los niveles de pobreza a partir del año 2005, aplicando conceptos consensuados en el Comité Técnico de Pobreza, del cual forman parte instituciones como la CEPAL y el BID.
El MEPYD y la CEPAL son dos de las principales instituciones que ofrecen estadísticas del nivel de pobreza en República Dominicana. Ambas instituciones utilizan un enfoque caracterizado por trazar una “línea de pobreza” que establece el ingreso per cápita mensual mínimo del hogar que permite alcanzar una canasta ‘normativa’ de bienes alimentarios y no alimentarios, considerados como “adecuados” según los estándares elegidos. Las principales diferencias entre las estimaciones de pobreza de MEPYD y CEPAL están en la determinación del valor monetario de esta canasta, en los ajustes que se aplican a dicha canasta a través del tiempo y en la estimación del ingreso del hogar.
El MEPYD calcula la pobreza monetaria utilizando la metodología oficial de medición de 2012, que establece la línea de pobreza extrema (o indigencia) en base al enfoque del consumo calórico. Es decir, una persona vive en pobreza extrema si el ingreso mensual per cápita del hogar no es suficiente para consumir en promedio 2,157 kilocalorías diarias. En términos monetarios, esta línea se sitúa en RD$2,130 para la zona urbana y RD$2,041 para la zona rural, a septiembre de 2014. Los bienes que componen esta canasta alimentaria fueron determinados a partir de la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH) de 2007 y los valores monetarios son ajustados con el índice general de precios al consumidor (IPC). Para estimar la línea de pobreza general, el MEPYD debe incluir otros bienes y servicios no alimentarios considerados como básicos o necesarios. Debido a la discrepancia que puede surgir en la elección de estos bienes, en la práctica se multiplica el valor monetario de la canasta alimentaria por el inverso del coeficiente de Engel –que representa la relación entre el consumo de bienes alimentarios y el consumo total de bienes. Actualmente, el multiplicador, calculado en la metodología oficial de medición con la ENIGH-2007, es de 2.2 para la zona urbana y 2.1 para la zona rural. Como resultado, el MEPYD sitúa la línea de pobreza general en RD$4,730 y RD$4,211 per cápita mensuales para la zona urbana y rural, respectivamente.
La CEPAL utiliza la misma metodología que el MEPYD para el cálculo de la pobreza e indigencia, pero algunos elementos crean grandes diferencias en la estimación. Primero, para determinar los bienes que componen la canasta alimentaria, la CEPAL utiliza una encuesta realizada en los años 80. Además de que resulta difícil pensar que los bienes y patrones de consumo no han cambiado en la sociedad dominicana en los últimos 30 años, el uso de esta canasta hace que los coeficientes de Engel estimados por CEPAL (actualmente 1.75 para la zona rural y 2.0 para la zona urbana) sean distintos a los del MEPYD, resultando en diferencias significativas del valor de la canasta utilizada para medir la pobreza. También, la CEPAL ajusta el valor de la canasta alimentaria con el IPC de alimentos, el cual es mucho más volátil que el IPC general en períodos cortos de tiempo, lo que puede sobrestimar las cifras de indigencia. Finalmente, otras diferencias surgen en la estimación del ingreso de los hogares, ya que la CEPAL toma algunas partidas de ingresos de las cuentas nacionales, mientras que el MEPYD utiliza todo el ingreso corriente de las Encuestas de Fuerza de Trabajo.
Como resultado, a septiembre de 2013 la CEPAL estima que el 20.2% de la población dominicana vive en indigencia y el 40.7% en situación de pobreza general; mientras, el MEPYD estima el nivel de indigencia y pobreza general en 9.8% y 41.8%, respectivamente. A pesar de sus divergencias, ambas instituciones coinciden en mostrar una reducción en los niveles de pobreza de nuestro país. Este fenómeno también se puede evidenciar con el uso de otros indicadores. Por ejemplo, el Banco Mundial utiliza como medidas de pobreza e indigencia el porcentaje de la población que vive con ingresos menores a 2 y 1.25 dólares diarios, en poder de paridad de compra. Indicadores similares son utilizados para dividir la población en estratos de ingresos. Lejos de ser perfectos, la simplicidad de estos indicadores evita que surjan discrepancias en las mediciones de pobreza por aspectos metodológicos o criterios del evaluador. Como muestra la gráfica, al igual que la CEPAL y el MEPYD, los indicadores del Banco Mundial sugieren una clara disminución de los niveles de pobreza en nuestro país durante la última década.