Los choques adversos -incluyendo los políticos, climáticos, y epidemiológicos- complican el contexto económico. Frecuentemente el impacto sobre la macroeconomía es importante y atrae mucha atención. Pero también son relevantes los efectos que perturban la oferta, la demanda, y los precios al nivel microeconómico; por ejemplo, sobre los productos agrícolas.
La gráfica muestra un índice del precio mundial de los alimentos entre 2015 y 2023. Entre otros factores, la pandemia por COVID-19 influyó sobre la trayectoria de los precios de los alimentos -incluyendo vía las cadenas de suministro-, lo cual es discernible en la gráfica a partir de 2020. La gráfica también refleja que los precios de los alimentos persisten más elevados que antes de 2020.
El potencial impacto de esas fluctuaciones sobre el bienestar de la población -especialmente los más vulnerables- es importante. Partiendo de los fundamentos de la teoría económica, la mejor estrategia para suplir las necesidades de alimentos de una economía es especializarse e intercambiar el balance en el mercado internacional. Pero en el caso de los productos agrícolas existe una complicación -el deseo de los países de garantizar la seguridad alimentaria de sus ciudadanos.
Paralelamente a esa dimensión del problema, el crecimiento de la productividad en el sector agrícola es central en el proceso de desarrollo económico. Y en ese contexto existen múltiples tópicos de relevancia para el entendimiento de los mercados de productos agrícolas. Como ilustración, la crisis derivada de la COVID-19 arrojó luz sobre la importancia de las cadenas de suministro para la eficiencia de la producción agrícola.
Antràs y Zilberman compilan un volumen con investigaciones sobre el tema. Una de las investigaciones reporta evidencia empírica mostrando que la pandemia redujo el comercio agrícola entre 5% y 10% al nivel agregado, menos de la mitad de la reducción en el sector no agrícola. Antràs y Zilberman notan la relevancia de perseverar en la transformación de las cadenas de suministro del sector agrícola para minimizar su vulnerabilidad ante las perturbaciones que impactan sobre la economía mundial.
El comercio internacional es imprescindible para fomentar un sector agrícola más eficiente y resiliente. La investigación de Farrokhi y Pellegrina examina la interacción entre el comercio internacional, los insumos, y la adopción de tecnología en el sector agrícola. El análisis cuantitativo muestra el impacto positivo de las reducciones en los costos de los insumos para la producción agrícola transmitidos vía el comercio internacional -lo cual también contribuye con el aumento de la productividad y del bienestar.
La seguridad alimentaria es un objetivo primordial para cualquier sociedad. Pero el proceso para obtenerla es complicado por las fluctuaciones adversas que frecuentemente afectan la producción agrícola. Por esa razón es importante entender los factores que pueden contribuir a incrementar la eficiencia y la resiliencia del sector agrícola -incluyendo los riesgos que afectan las cadenas de suministro, y la contribución potencial del comercio internacional en la reducción de costos y en la transferencia de tecnología.