La OMS anunció recientemente el final de su alerta de pandemia por la COVID-19. Pero las repercusiones sobre la economía persisten. Entre las implicaciones está el retorno de la inflación -notablemente en las economías avanzadas- luego de más de cuatro décadas de estabilidad: la gráfica muestra la inflación en los EE. UU. desde 1970 hasta 2023.
Los datos reflejan la inflación surgiendo en los 1970s, en parte como consecuencia de los incrementos en los precios del petróleo. El episodio terminó a principios de los 1980s con los esfuerzos del presidente de la Reserva Federal Paul Volcker. El costo de controlar la inflación fue la notoria ‘recesión de Volcker’ -indicada por el área sombreada en la gráfica a principios de los 1980s.
La ‘gran inflación’ que inicio en los 1970s fue principalmente resultado de un choque por el lado de la oferta. Sin embargo, la inflación derivada de la pandemia por COVID-19 incluye elementos que afectan la oferta y también la demanda. Existen varias narrativas sobre los mecanismos operando detrás de la inflación resultante de la pandemia.
En el Reporte de Ginebra sobre la Economía Mundial 2023, la profesora Verónica Guerrieri (Universidad de Chicago) y sus coautoras estudian las diferencias entre la inflación en los EE. UU. y Europa. Las economistas argumentan que la naturaleza del choque impactando a las dos zonas es diferente: en los EE. UU. los términos de intercambio fueron afectados positivamente, al contrario del caso de Europa. Las investigadoras derivan dos conclusiones tentativas: (a) la inflación observada es necesaria para el ajuste de los precios relativos y por lo tanto la eficiencia en la economía, y (b) las expectativas de la inflación futura continúan ancladas.
El premio Nobel de Economía Thomas Sargent (Universidad de Nueva York) adopta una posición diferente: su investigación con George Hall compara las repercusiones financieras de las guerras. Los investigadores utilizan las dos Guerras Mundiales como referencia, y asumen que la lucha contra la pandemia causada por la COVID-19 es similar al esfuerzo envuelto en grandes conflictos bélicos. Una de las conclusiones es que la forma en la cual se ha financiado la lucha contra la pandemia postpone el costo fiscal y probablemente implica repercusiones sobre la estabilidad de la inflación en el futuro.
¿Es necesario repensar los modelos fundamentales para entender la inflación reciente? Algunos economistas sugieren que herramientas básicas -de ‘libro de texto’, como la curva de Phillips– pueden ayudar a comprender la dinámica de la inflación. Por ejemplo, Benigno y Eggertsson muestran que una curva de Phillips no-lineal es útil para analizar la inflación reciente -según el modelo, la inflación es determinada por un mercado de trabajo muy apretado.
El retorno de la inflación en las economías avanzadas después de cuatro décadas es preocupante. Los esfuerzos para controlarla continúan junto a las investigaciones académicas sobre la materia. El costo es difícil de calcular -incluyendo los ajustes inducidos sobre las economías en desarrollo- pero las lecciones serán valiosas para la teoría y la práctica de la política monetaria alrededor del mundo.