¿Cómo nos afecta la economía?
Diariamente somos bombardeados por una gran cantidad de noticias económicas por los medios de comunicación. Toda esta información, capaz de embotar la mente más lucida, es casi siempre analizada en una jerga muy técnica, que hace difícil su comprensión aún a veces para quienes ejercemos la profesión de economistas. Esta situación tiende a reforzar la imagen de la Economía como una ciencia fría y distante, de poca vinculación con nuestra cotidianidad.
Sin embargo, la realidad es que todos somos afectados constantemente por el comportamiento de la economía y todos contribuimos diariamente a ella con decisiones básicas como comprar, vender, invertir o ahorrar. Por eso el influyente economista inglés Alfred Marshall definió Economía como “el estudio de la humanidad en su quehacer cotidiano».
Ciertamente el estudio del funcionamiento de una economía en su conjunto puede resultar complejo. Este tipo de análisis es lo que se denomina Macroeconomía y de su desempeño se desprenden un conjunto de variables de gran incidencia en nuestra vida diaria. Los cambios en variables como la inflación, la tasa de interés, la tasa de cambio y los impuestos, por mencionar algunas, son el resultado de la interacción de las decisiones del gobierno, las empresas y los hogares, y su evolución afecta sensiblemente nuestro presupuesto familiar.
Por ejemplo, los precios de los bienes y servicios que consumimos a diario cambian a lo largo del tiempo. Estos movimientos son recogidos en una variable conocida como la inflación, que mide el crecimiento de los precios en una economía durante un periodo determinado. La principal consecuencia de la inflación es que reduce el poder adquisitivo del peso dominicano. Por eso cuando los precios suben, cae nuestra capacidad de compra y viceversa. La forma particular en que nos afecta la inflación dependerá mucho de nuestros hábitos de consumo.
Otra variable que nos afecta diariamente es la tasa de interés. Es considerada como el precio del dinero debido a que el costo de tomar prestado está expresado en ese porcentaje adicional que debemos pagar al acreedor. Por tanto, un aumento en las tasas de interés, incrementa las cuotas mensuales de un préstamo e influye en nuestra decisión de financiarnos.
Los bancos centrales ejercen una gran influencia sobre esta variable a través de su Tasa de Política Monetaria, la cual sirve como referencia para el resto de las tasas del mercado. En los casos cuando la inflación es alta, los bancos centrales aumentan su tasa de referencia para dar una señal de restricción al sistema financiero y desincentivar que se siga tomando prestado. ¿Qué se busca con esto? Evitar que los precios sigan subiendo, ya que un mayor crédito incrementa el dinero “en la calle”, lo cual estimula el consumo y acelera la inflación. Lo contrario sucede cuando el crecimiento de los precios es bajo y se quiere incentivar el consumo y la inversión para reactivar la economía.
Dentro de los productos que todos consumimos diariamente, hay muchos que no son producidos en República Dominicana. Para poder traerlos al país, fue necesario pagar su precio en dólares, euros u otra moneda extranjera. Estas divisas se pueden adquirir localmente y su precio en pesos se denomina tasa de cambio. Por esta razón, aún si usted nunca ha viajado al exterior, los movimientos de la tasa de cambio afectan significativamente su presupuesto, ya que si el dólar sube, por ejemplo, todos los bienes importados y los producidos con materia prima extranjera, aumentan su precio también.
Finalmente, no es posible hablar de economía sin hablar de impuestos. De hecho, el brillante y polifacético Benjamín Franklin dijo: “Nada es tan seguro en la vida como la muerte y los impuestos”. Si oímos hablar de impuestos o tributos, debemos entender que estos son pagos obligatorios establecidos por el Estado. Constituyen la principal fuente de ingresos del gobierno para ofrecer servicios públicos a la población. Por tanto, cuando se necesita recaudar más para incrementar el gasto público o cubrir un déficit fiscal, se tiende a elevar los impuestos afectando nuestros ingresos y ganancias (impuestos directos) o lo que compramos (impuestos indirectos).
Todo lo anterior sugiere que no solo se debe saber de Economía por curiosidad sino también para tomar mejores decisiones. De hecho, con lo mucho que nos afecta no nos vendría mal tener un economista de cabecera.